El 15 de Abril del 2016 salimos en el diariobae. A continuación un extracto de la nota:

Experimentar la vida cotidiana en una cultura diferente, probarse en un entorno ajeno, ahorrar plata en moneda extranjera o al menos solventar un viaje con escapadas a ciudades cercanas. Los jóvenes que se suman a los programas de Work and Travel llegan con estos y muchos otros objetivos a las más de 30 agencias de viajes especializadas en este segmento que hay en el país. Se trata de una tendencia que adquirió especial dinamismo tras la crisis del 2001, un contexto que propició que los programas de trabajo en el exterior se convirtieran en un aspiracional para muchos veinteañeros. Estados Unidos y Nueva Zelanda eran entonces los destinos obligados para estos viajeros que, para obtener visas especiales, debían tener menos de 30 años, pagar su pasaje, llevar alrededor de 2.000 dólares y conseguir –asesoramiento mediante– alojamiento y trabajo.

Quince años después, este tipo de programas se perfeccionó y ofrece cada vez más garantías para los viajeros. La oferta de destinos también es mucho más generosa: Canadá, Australia, Francia, Países Bajos, Brasil, Irlanda y hasta los “exóticos” China y Emiratos Árabes son algunos de los países que se fueron sumando a este tipo de acuerdos. Tanto los requisitos como las facilidades dependen mucho del lugar elegido por el viajero, que muchas veces llega con información previa de algún conocido o directamente es reincidente y sabe muy bien cómo y qué hacer.

Es el caso de Mariángeles Juanes, que tiene 23 años y está por terminar la carrera de Licenciatura en Diseño de Interiores en UADE. El año pasado viajó por primera vez a Connecticut (Estados Unidos) para trabajar durante el verano.

“Me encantó la experiencia porque te abre la cabeza totalmente. No es el típico viaje de 15 días que hacés con tu familia a Estados Unidos porque tenés que valerte por vos mismo, trabajar para pagarte todo y abrirte a una nueva cultura totalmente distinta a la nuestra”.

Tan satisfecha está Mariángeles con la experiencia que este verano volvió a elegir el mismo destino y planea volver a hacerlo en 2017. Y aporta un tip de viajera reincidente: es fundamental gestionar el viaje con una agencia experimentada y con probado prestigio de cumplir todo lo que ofrece.

Las ventajas de un clásico

Marcelo Pironelli es el titular de Welcome Abroad (www.welcomeabroad.com.ar), que opera en el mercado local desde 2002 y ofrece programas en Francia, Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos, “el destino en que este tipo de programas está más aceitado”, asegura. Según Pironelli, cada vez hay más exigencias para los empleadores estadounidenses, lo que se traduce en más garantías para los viajeros. “Hoy todo es mucho más seguro. Uno de los últimos requisitos es que los chicos tienen que salir sí o sí con alojamiento prefijado. El empleador o el sponsor –que es la empresa intermediaria– se lo tienen que conseguir”, explica. Los centros de esquí norteamericanos son un destino clásico de Welcome Abroad, pero también sumaron empleadores como hoteles, restaurantes y cadenas de supermercados en el cálido Golfo de México y el TD Garden en Boston (donde juegan los Celtics por la NBA). “El objetivo principal es que los chicos puedan progresar en lo idiomático. Lo que ganan en un programa de Work and Travel les alcanza para vivir bien, pasear y no tener inconvenientes. Aún así pagan una parte del programa. En cambio, en las pasantías o trainings que duran doce meses sí se puede generar un ahorro”, detalla.